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La menstruación también es un derecho humano: hablar de género, dignidad y justicia

✨ INTRODUCCIÓN:

Durante siglos, la menstruación ha sido silenciada, estigmatizada y escondida como si fuera algo de lo que debemos avergonzarnos. Pero hoy, alzamos la voz para recordar que la menstruación no es un tabú: es una realidad corporal, un proceso natural y, sobre todo, una cuestión de derechos humanos.

Hablar de menstruación es hablar de igualdad, dignidad, acceso y justicia. Es nombrar lo que por mucho tiempo fue negado, especialmente en comunidades indígenas, rurales y empobrecidas, donde las mujeres, niñas y personas menstruantes enfrentan barreras para acceder a productos de gestión menstrual, información, atención de salud y condiciones seguras.

💬 ¿POR QUÉ LA MENSTRUACIÓN ES UN TEMA DE DERECHOS HUMANOS?

El derecho a la salud, la educación, la igualdad y la no discriminación están directamente relacionados con la menstruación. Cuando una niña falta a la escuela por no tener toallas higiénicas o un baño adecuado, sus derechos están siendo vulnerados. Cuando una mujer no puede acceder a productos menstruales seguros por falta de recursos, está siendo marginada.

La gestión menstrual digna debe ser parte de las políticas públicas, de los sistemas de salud y de educación con enfoque de género y culturalmente pertinentes. Porque no hay verdadera justicia sin incluir el cuerpo y los ciclos de las mujeres.

🧡 GÉNERO Y ESTIGMA MENSTRUAL

En muchas culturas, la menstruación se ha asociado con impureza, debilidad o castigo. Estas creencias generan vergüenza y silencio, lo que limita el acceso a información veraz y refuerza la desigualdad de género.

Reconocer que la menstruación es parte de la vida y la identidad de las mujeres y personas menstruantes, es también reconocer su derecho a existir con libertad y sin discriminación.

🌱 MENSTRUACIÓN EN COMUNIDADES INDÍGENAS

En los pueblos originarios, la relación con el cuerpo y la naturaleza tiene una dimensión espiritual. Sin embargo, el racismo, el colonialismo y la pobreza han atravesado estas vivencias con dolor y exclusión.

Muchas niñas indígenas crecen sin acceso a educación menstrual adecuada, y muchas veces enfrentan su primer sangrado con miedo, culpa o vergüenza. Cambiar esto es una urgencia. Necesitamos diálogos intergeneracionales, educación desde nuestras raíces y políticas que respeten la cosmovisión de los pueblos.

🔥 ¿QUÉ PODEMOS HACER?

  • Educar sin vergüenza: hablar de menstruación en casa, en la escuela, en la comunidad.
  • Exigir acceso universal a productos menstruales seguros y gratuitos.
  • Impulsar leyes que garanticen la gestión menstrual digna.
  • Escuchar las voces de las mujeres indígenas, quienes tienen mucho que decir sobre cómo vivir su cuerpo con sabiduría y autonomía.

🌺 CONCLUSIÓN:

La menstruación no debe ser motivo de discriminación, pobreza ni silencio. Hacer visible esta realidad es dar un paso hacia un mundo más justo, donde ser mujer no sea un obstáculo, sino una fuerza.

Porque hablar de menstruación es también un acto de resistencia y de amor por nosotras mismas y nuestras hijas.